martes, 24 de diciembre de 2002

Juan Carlos Blanco entre rejas...Simón con nosotros



Por Raul Olivera Alfaro
(Artículo publicado en el Nº 24 del Organo de difusión interna
del PIT/CNT “Trabajo y Utopía diciembre del 2002)

Cuando esta terminando un nuevo año, seguramente en esas dos cosas, podría sintetizarse dos cosas de mucha importancia ocurridas en este accidentado 2002, que dejamos atrás.
Para el primero, debieron pasar 26 años, para que una larga lucha llevada por su madre Sara Méndez y que contó con múltiples apoyos desde el campo popular y muchísimos obstáculos desde el Estado y los defensores de la impunidad.
Para lo segundo, debieron pasar casi 12 años de trámites judiciales, para que otra larga lucha, esta de Tota Quinteros se materializara, con los mismos apoyos que contó Sara Méndez y, que coincidencia, los mismos obstáculos.
Uno y otro hecho, también comparten otros dos aspectos: ambos pueden y deben ser vividos como el resultado de una tarea colectiva, y en ellas el movimiento sindical jugo un papel importante.
SE PUEDE.
La forma en que lo vivió el pueblo uruguayo, permitió que en momentos muy difíciles por la que atraviesa nuestro país, a todos los niveles, se reafirmara el SE PUEDE. Ese pudimos, cuando es el resultado de una lucha desarrollada desde la sociedad civil, constituye, más allá de lo que cada hecho significa en sí mismo, un elemento que refuerza la importancia de la consecuencia, y la coherencia.
También el último de los hechos - la prisión del ex canciller de la dictadura, el primero en ese sentido-, tiene una importancia fundamental que se proyecta a los desafíos y tareas que nos esperan en el nuevo año. A cierta escala, ese hecho tiene para nuestro país, la importancia que tuvo para la lucha contra la impunidad a nivel mundial, la prisión de Pinochet.
Veamos algunas cosas que acontecieron durante este año. Se planteó denuncia contra el dictador Juan María Bordaberry; se reabre la investigación sobre los asesinatos de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, se replantean las denuncias sobre desapariciones en 1976, de Uruguayos en la Argentina, ante las sedes penales de 4º, 5º y 2º turno, las que finalmente son archivadas a pedido del Fiscal, por el Juez de 2º Turno; se formula denuncia por la desaparición de Maria Claudia García de Gelman, en Uruguay; se logra finalmente la apertura de las indagatorias por los asesinados de la Seccional 20º del Partido Comunista; y luego de múltiples artimañas jurídicas, para evitar ser llevado ante un juez penal, el torturador Manuel Cordero, recurre al expediente de “sufrir” un infarto e internarse en el hospital militar; se logró que finalmente un proyecto de habeas data a consideración de la cámara de diputados, no incluyera un artículo que establecía la reserva de la información existente en la Comisión para la Paz; se aprobó la Ley que ratifica la Corte Penal Internacional, sin que finalmente el Poder Ejecutivo llegará a presentar una ley interpretativa tendiente a amparar a los militares uruguayos; se conoce el informe preliminar de la Comisión para la Paz; llega finalmente al Uruguay, el pedido de extradición de la justicia Argentina, sobre militares uruguayos, con declaraciones del Ministro de Relaciones Exteriores Didier Opertti, en el sentido de que sería respondido negativamente; continúan las actuaciones de la justicia italiana, sobre las causas de italo-uruguayos desaparecidos y asesinados durante la dictadura; el Coronel (r) debe concurrir a un Juzgado Penal, por denuncia de amenazas contra el padre Jorge Osorio, integrante de la Comisión para la Paz; se aprueba y esta en los plazos de definición, una Ley de reparación de los derechos jubilatorios para los trabajadores de la industria privada, que mereció del PIT/CNT y las organizaciones que trabajaron por ella, serios reparos en sus limitados alcances.

En otro orden, muchos de los hechos que enumeramos mas arriba, fueron llevados a cabo por parte de varias organizaciones, entre las que se encontraba la Secretaría de Derechos Humanos del PIT/CNT, afianzándose una coordinación, que si bien no ha logrado transformarse en permanente, constituye la cristalización de uno de nuestros objetivos: la optimización de los distintos esfuerzos que según las distintas organizaciones van definiendo y realizando, de forma tal de que en los hechos se vaya configurando una agenda o plataforma contra la impunidad.

Por otra parte, distintos seminarios a nivel nacional y alguno a nivel internacional, nos han permitido desde el movimiento sindical, desarrollar reflexiones sobre esta temática.
RENOVEMOS EL COMPROMISO
Por lo que surge de esta apretada síntesis y de lo que hemos ido informando a través de TRABAJO Y UTOPÍA, en todo este año, ha sido a nivel de las responsabilidades de esta Secretaria, un año agitado, con logros importantes y desafíos para el próximo año. Consolidar un bloque unitario de lucha contra la impunidad y continuar prestando atención a esta temática – que mechas veces aparece alejada de las problemáticas cotidianas del llamado “mundo del trabajo”-, serán insumos fundamentales para que el movimiento sindical uruguayo, este a la altura de su historia en este tema.

Para jalonar con alegría, el encuentro de Sara Méndez y nosotros con Simón.
Para reconocer en la prisión de Juan Carlos Blanco, los ejemplos de entrega y de lucha de Elena, de Tota y todos los compañeros que cayeron asesinados o fueron desaparecidos por el terrorismo de Estado, el 10 de diciembre, estuvimos en el teatro de verano, para que en el marco de una nueva conmemoración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, renovemos el compromiso de lucha, de esperanza.