martes, 17 de noviembre de 1998

GLOBALIZACIÓN Y DERECHOS HUMANOS.

GLOBALIZACIÓN Y DERECHOS HUMANOS.

Como los tumores, hay efectos de la globalización “malignos” y “benignos”. Siguiendo nuestro razonamiento desde una óptica médica, podríamos aventurar que los estados de salud de las sociedades actuales, dependen de los diagnósticos de los médicos de turno. Por ello, hay quienes ven en los efectos de esos procesos de globalización, aquellos síntomas que, o justifican el estar al frente de ellos o el estar en contra de ellos. Por esta razón hay quienes ven sólo cosas positivas y quienes se preocupan de hacer notar los aspectos negativos.
Las enfermedades de las sociedades tienen efectos que se manifiestan como males colectivos, y por esa razón muchas veces suelen pasar desapercibidos para un tejido social cargado con los virus del individualismo.
Le resulta difícil a nuestras sociedades reflexionar seriamente sobre su futuro, cuando se las bombardea desde dos bibliotecas. Una que diagnostica desde el PODER (la que antes de conocerse el resultado del 17/6, vaticinaba que aún ganando el referéndum contra la ley de Marco Energético, el proceso de globalización -integración regional-, obligaría al Uruguay a hacer lo que supuestamente la soberanía popular no quería hacer); y otra biblioteca que predica la mayoría de las veces sin resultados inmediatos, en el páramo desierto de la sociedad uruguaya, viendo siempre en cada intento de avance de la humanidad, manifestaciones escondidas del imperialismo.
Las verdades instauradas en el campo de los actuales modelos económicos neoliberales, se transforman así en cosas indiscutibles, irrefutables, imparables por más soberanía popular que se manifieste.
El parentesco más o menos cercano que existía hasta no hace mucho tiempo en el imaginario colectivo, entre lo justo y la justicia- por ejemplo, en los plazos de prescripción de los reclamos laborales (art 29 de la Ley de Inversiones)-, se doblega y se transforma regresivamente ante la lógica avasalladora de lo que hacen o tienen nuestros vecinos de Argentina, Brasil, Paraguay, etc, en razón de sus procesos sociales. Lo que nosotros tenemos o teníamos, se transforma como consecuencia de ese efecto igualador para atrás, que se instala como una especie de jurisprudencia obligatoria, indiscutible e ineludible.
¿quiere decir esto, que todas las conclusiones a que arriban colectivamente las sociedades, son sospechosas, malignas?.
¿Quiere decir esto, que apostamos al mantenimiento de una suerte de aislacionismo en nuestra arcadia particular?
Quienes desde nuestra práctica sindical apostamos a lo colectivo, no podemos ignorar la sabiduría que encierran casi siempre las definiciones que son el producto de una reflexión colectiva de los pueblos.
Por esa razón la humanidad saludó con satisfacción colectiva, cundo hace 50 años declaró los Derechos del Hombre y abrió el camino a las distintas Convenciones, Pactos y Declaraciones relativos a los derechos Humanos, a los Derechos Sociales y Políticos.
Cuando en cada capitulo, en cada artículo se enumeraron los derechos de los seres humanos, se consagro una globalización de conceptos sobre los que no podrían existir dos bibliotecas.
Desde el advenimiento de la democracia- o para ser más rigurosos, desde el fin del proceso militar, hemos escuchado que entre quienes defienden el modelo imperante y quienes lo cuestionan hay diferencias profundas e irreconciliables, pero...en lo que se refiere a la política exterior del país, existe una política de Estado sobre la que no hay diferencias.
¿Se sigue sosteniendo eso, por parte de los sectores políticos no coaligados?
¿Ha tenido el Parlamento nacional una discusión que le permita al Estado uruguayo delinear las posiciones que actualmente están sosteniendo los “representantes nacionales” en la reunión de plenipotenciarios que se realiza en Roma para definir la creación de una Corte Penal Internacional para juzgar los crímenes de lesa humanidad?
¿ Se ha preguntado el sistema político, si se ha respetado la jurisdicción que establece la Constitución de la República en la aplicación e interpretación de los tratados internacionales suscriptos por el país, a la hora de responder el Poder Ejecutivo a los cuestionamientos de la Corte Interamericana de DD.HH con relación al problema de los desaparecidos?
El pasado 17 de abril la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, da cuenta de la aprobación de una resolución de la Comisión de Derechos Humanos -1998/53 sobre la Impunidad.
Entre otros aspectos dice esta resolución: “Guiada por la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos Humanos, los pactos internacionales de derechos humanos y otros instrumentos de derechos humanos pertinentes, y la Declaración y Programa de Acción de Viena,
Recordando la universalidad, interdependencia e indivisibilidad de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales,
Convencida de que la expectativa de impunidad respecto de las violaciones de los derechos humanos o del derecho humanitario internacional alienta esas violaciones y es uno de los obstáculos fundamentales para la observancia de los derechos humanos y del derecho humanitario internacional y para la plena aplicación de los instrumentos internacionales de derechos humanos y de derecho humanitario,
Convencida además de que la denuncia de las violaciones de los derechos humanos, la entrega de sus autores a la justicia, la obtención de justicia para las víctimas, así como el mantenimiento de archivos históricos de esas violaciones orientarán a las sociedades futuras, y de que todo ello es parte integrante de la promoción y la realización de los derechos humanos y las libertades fundamentales y de la prevención de futuras violaciones,
Reconociendo que exigir responsabilidades a los autores de violaciones graves de los derechos humanos es uno de los elementos esenciales de toda reparación eficaz para las víctimas de violaciones de los derechos humanos y un factor clave para conseguir un sistema de justicia justo y equitativo y, en definitiva, la reconciliación y la estabilidad en un Estado,
Acogiendo con agrado el establecimiento, por parte de varios Estados en los que han ocurrido violaciones de los derechos humanos en el pasado, de mecanismos para denunciar esas violaciones, en particular comisiones investigadoras o comisiones de averiguación de la verdad y reconciliación,
Destacando la importancia de establecer un tribunal penal internacional permanente como medida para luchar contra la impunidad, y reconociendo al mismo tiempo la labor de los tribunales penales internacionales para la ex Yugoslavia y para Rwanda,
1. Subraya la importancia de luchar contra la impunidad para prevenir violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario internacional e insta a los Estados a que presten la necesaria atención a la cuestión de la impunidad respecto de las violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario internacional, en particular las cometidas contra mujeres, y a que adopten medidas apropiadas para hacer frente a esta importante cuestión;
2. Reconoce que para las víctimas de violaciones de los derechos humanos el conocimiento público de su sufrimiento y de la verdad acerca de los autores de esas violaciones es esencial para la rehabilitación y la reconciliación, e insta a los Estados a que redoblen los esfuerzos para ofrecer a las víctimas de violaciones de los derechos humanos un proceso justo y equitativo mediante el cual puedan investigarse y hacerse públicas esas violaciones, y a que alienten a las víctimas a participar en dicho proceso;
3. Subraya la importancia de adoptar todas las medidas posibles y necesarias para que respondan ante la justicia los autores de violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario internacional; e insta a los Estados a que actúen respetando las debidas garantías procesales;
6. Pide al Secretario General que invite a los Estados a que proporcionen información sobre las medidas legislativas, administrativas o de otra índole que hayan adoptado para combatir la impunidad respecto de las violaciones de los derechos humanos cometidas en su territorio y sobre los recursos que pueden ejercitar las víctimas de esas violaciones;
8. Invita a los relatores especiales y demás mecanismos de la Comisión de Derechos Humanos a que consideren debidamente la cuestión de la impunidad en el cumplimiento de sus mandatos; ...

52ª sesión,
17 de abril de 1998".

A todo esto, sólo nos queda para cerrar esta nota, dejar planteada otras interrogantes, tanto para el gobierno de coalisión como para la oposición.
¿Estas opiniones sobre la impunidad que son producto de la conciencia global de la humanidad (la otra globalización), se impondrá a la politica de los últimos gobiernos postdictatoriales de no esclarecer la verdad sobre los desaparecidos?.
¿Esta conciencia de la humanidad que globaliza la lucha contra la impunidad, tendrá la fuerza para tirar abajo la impunidad uruguaya y la soberanía de la mayoria que la avaló en un referendum?

Raul OLIVERA
Integrante de la Secretaria de Derechos Humanos y Politicas Sociales del PIT/CNT.

lunes, 16 de noviembre de 1998

LOS DERECHOS HUMANOS: Y LOS TIEMPOS DE LAS CAMPAÑAS ELECTORALES.

LOS DERECHOS HUMANOS: Y LOS TIEMPOS DE LAS CAMPAÑAS ELECTORALES.


Sin duda, los analistas políticos, los equipos de asesores y todo ese personal que en estos tiempos se transforman en los “horóscopos” que no deben dejar de consultarse por parte de los distintos partidos políticos y sus lideres, aconsejaran sobre las formas y los contenidos que deberán darse en sus campañas al tema de los Derechos Humanos y entre ellos al de los desaparecidos.
Quienes miran para delante desde el punto de vista de su futuro político, abren los ojos que también tienen en la nuca, aunque más no sea en estos cada vez más extensos periodos electorales.
Cada candidato o postulante a serlo, hundirá sus actuales pronunciamientos en el pasado y tratara de encontrar en este tema una salida que guarde algo de coherencia, ya sea con sus claudicaciones o con sus compromisos del pasado.
Algunos aparecerán como recién llegados al país, como si en estos largos años de reclamo de Verdad, no hubiera contado con su presencia en cargos desde los cuales hacer posible la Verdad.
Se tratara de una operación de marketing político, en el que se sobrevolara sobre el tema tratando de ser tan ambiguo como se lo permitan. O se tratara de un verdadero compromiso que por fin se transforme en una acción valiente y acorde a los nuevos vientos que en el mundo empiezan a soplar de acuerdo a aquella frase que dice: Derechos Humanos, los gobiernos los aprueban, los pueblos los conquistan.
Pero más allá de cualquiera que sean las opciones que se tomen, es importante que desde la sociedad civil se establezcan los parámetros que permitan medir y evaluar cualquier definición sobre este tema. Tanto de las que tienen “olor”a verdad, como de aquellas que solo constituyen “promesas que pronto se olvidan”.
El “nunca más”, el nuevo Uruguay entrando al siglo XXI, quedará en piadoso deseo, si lo que se intente sea recrear un nuevo recomienzo democrático basado en el olvido, el silencio, el encubrimiento.
Nuestro país intentó muy rápido poner punto final a la historia de la dictadura mediante la Ley de Caducidad. Pero el que pensó que con ella se podía instaurar la paz social, alimentó una ilusión. A casi 15 años de finalizada la dictadura, el tema esta, aunque a muchos les pese, en el orden del día.
Los que nos rebelamos contra las distintas formas que adopta la impunidad, recibimos a diario la acusación de tener un espíritu vengativo. Cuándo en los Tratados, Convenios, Pactos y Declaraciones de carácter internacional, se afirma el carácter negativo que para las sociedades tiene la impunidad, ¿se quiere decir que cuando la humanidad pone a la Justicia como un Derechos Humano, esa definición está cargada con espíritu vengativo?.
Los que abrieron el camino de la impunidad, han puesto en duda el pilar fundamental de un Estado de Derecho, que es la Justicia. Y con una duda de ese tipo, es difícil construir una verdadera paz social.
La Justicia la sentimos como la condición indispensable de la reconciliación y pilar fundamental del “Nunca Más”. De no ser así, los dictadores potenciales del futuro y sus colaboradores habrán de entender la impunidad como un signo de estímulo y también por eso deberá ser impedida. Por eso también vemos con esperanza la prisión del dictador Pinochet y su posible juzgamiento por la justicia española.
Denunciar los crímenes y cuando la culpabilidad es comprobada, aplicar la penalización correspondiente es la función de protección y paz del Estado. Y cuando estos no asumen esa responsabilidad, no debe quedar instaurada la impunidad. Por esa razón también vemos con esperanza la creación de una Coste Penal Internacional.
La acción política tiene que llegar más allá de lograr un sistema de prosperidad económica, tiene que sentar normas éticas e interceder para que se haga uso de estas normas.
La falta de justicia mantiene a las sociedades en una condición de conflictos sin resolver y de represión sicosocial. La verdad como principio imprescindible para una catarsis de la sociedad y para un nuevo comienzo democrático, no debe quedar como hermosos enunciados, sino como firmes realizaciones. Los crímenes de lesa humanidad deben hacerse públicos, a fin de poder comenzar una “superación” del pasado.
Una mayor conciencia de no olvidar y la fe en la justicia son valores que se pueden y se deben transmitir cada vez a más personas.
En este rubro esencial de la accion politica, tambien se opera una operación verdad, de la que todos debemos estar alertas para sacar las concluciones adecuadas.

Raul Olivera
Integrante de la Secretaria de Derechos Humanos y Politicas Sociales del PIT/CNT.

sábado, 7 de noviembre de 1998

ABRIENDO EL PARAGUAS, CUANDO YA ESTAS MOJADO.

ABRIENDO EL PARAGUAS, CUANDO YA ESTAS MOJADO.
REFLEXIONES A PROPOSITO DE LAS RELACIONES DE PODER EN UN GOBIERNO POPULAR.

Sin duda que estas reflexiones que pongo a la discusión tiene claros y oscuros que no dependen de mi capacidad intelectual o política. Sino desde donde están hechas. Estoy creyendome ubicado entre las relaciones corporativas que en mayor o menor medida se generan en la actividad sindical (no hace mucho que deje mi actividad en las estructuras sindicales) y entre las relaciones estrictamente políticas (ya que al fin de cuentas luego de más de 30 años de pertenecer activamente a organizaciones políticas, por mas turro que seas, algún reflejo en la forma de ver la realidad, te dejan).
Parto de la base que está discusión que me dicen se está generando en la interna del FA, no tiene para todos el mismo origen y la misma intención. Esta es una problemática teórica y practica que esta sentada en la mesa de nuestro frente y que sin embargo no se le ha otorgado el carácter de fuerza nacional (a pesar de que esta representada en cada rincón del país, donde el Estado está presente).
Nos han dicho los que saben, que el PODER, es la capacidad que tiene una clase para lograr sus INTERESES.
Nos ha enseñado la realidad que una CLASE SOCIAL, en la realidad tiene variados intereses. No se trata de dos cajones prolijamente separados donde están ubicadas las consabidas CLASES EN SI y las CLASES PARA SI. Al igual que puesto de verduras, esa fruta de la “clase”, esta desparramada en innumerables cajones, según su calidad o “su aspecto”.
A partir de esta comprobación habría que concluir- para ser coherentes-, que el problema de los intereses admite también una variedad tan infinita que da miedo pensarla.
Y si a todo esto, cual frutilla que corona el plato, le agregas aquello de que los intereses que determinan en última instancia son los ECONÓMICOS; te acompaño pál temblor.
A nadie escapa que las relaciones de PODER, son algo más complejas que aquellas que en teoría ubican a los sectores sociales según INTERESES claramente identificados y artículados con clases sociales en estado “puro”. Para ejemplificar esto: nadie puede ignorar que en la interna del movimiento sindical se desarrollan formas de PODER y que ellas tienen su sustento en relaciones de INTERESES. También: esa existencia de PODERES representa otros tantos INTERESES.
Podemos afirmar que ningún sindicato en la actualidad que tenga una vida democrática plena (asambleas, amplia participación en las elecciones de la dirección, etc), representa en forma plena y clara una concepción clasista que permita pensar a ese gremio articulando adecuadamente su accionar en la perspectiva de un gobierno popular.
Bueno luego de esta de cal, veamos una de arena.

En la fuerza política Frente Amplio, la cosa es aún más compleja, por la sencilla razón de que a las complejidades propias de el conglomerado social que integra una fuerza política como el FA, se le suman aquellas que se generan en el ámbito específico de la actividad sindical.
Ya no es posible pensar la actividad sindical como el generador de una conciencia política que se encausa en la fuerza política. Eso existe en alguna medida, pero también se da que en el nivel de la actividad estrictamente política se generan las condiciones para actuar en la actividad sindical. En esta doble vía, nos encontramos con sindicalistas-políticos que luchan contra la corriente en el ámbito sindical; y a políticos-sindicalistas que luchan contra otra corriente en el ámbito político.
Creo que hay muchos compañeros en la izquierda que están en una izquierda en blanco, sin programa, que ya no cree en un programa de transformaciones. Esa izquierda puesta en la administración del Estado, creé que tiene el horizonte de su acción ¿política? circunscripta a una administración “buena” y sin grandes problemas. Todo aquello que ponga en peligro esa perspectiva- que son sus intereses también relacionados con un cierto “buen pasar” a partir de sus remuneraciones-, se transforma en algo que hay que eliminar, y no resolver.
Si ese peligro proviene de la derecha, en la medida que no esta sujetado por un programa, la solución es sortear el peligro potabilizando su acción de acuerdo a esas presiones.
Pero si el peligro viene desde adentro el peligro es más consecuente y su atención le implicara salir del “buen pasar” a navegar en el río turbulento de un programa en el que no cree.
Eso es lo que nos parece escuchar en algunas intervenciones de jerarcas municipales.
Creo que ante las dificultades que enumere más atrás relacionadas al ámbito sindical y al político, el Estado (el gobierno) está llamado a desempeñar un papel primordial en la organización del pueblo, en su avances en conciencia , y en custodio del programa.
Me dirán y me preguntaran ¿y el Partido?. El partido fortaleciendose a través de su acción a través del Estado, del Gobierno.
¿Y los sindicatos?.
Primera hipótesis: Las direcciones se ponen de freno de la avalancha reivindicativa.
Segunda hipótesis: Las direcciones se ponen al frente de la avalancha reivindicativa.
Tercer hipótesis: Atento a la “independencia de clase”, orientan su acción, como si nada hubiera pasado, ignorando el dato de que hay un gobierno distinto.
Cuarta hipótesis: Atento a coincidencias programáticas entre el movimiento sindical y el gobierno popular, asumir una actitud de expectativa y vigilancia en el cumplimiento del programa.
Hagamosle ahora la prueba del 9 a estas hipótesis: La primera es de difícil concreción, salvo que se quiera terminar con los trabajadores de sombrero. El sindicato en esta perspectiva sera un campo de acción tanto de la derecha, como de sectores de ultra-izquierda que intentaran ganar en la liga, lo que perdieron en la cancha.
La segunda no cuenta con condiciones de desarrollo global, una parte importante del sindicalismo es parte de ese colectivo que no cree en el programa de transformaciones. Por otra parte desde el Estado o el gobierno, se le pueden generar situaciones de tensiones internas dentro de los sindicatos, que mellaría gravemente la unidad de acción.
La tercera centra sus posibilidades de sustentación en que efectivamente los trabajadores visualicen que “no hay nada nuevo bajo el sol”, y yo creo que mas allá de las intenciones de muchos dirigentes frentistas, aun antes de que realicen la primera acción de gobierno, el país habrá cambiado.
La cuarta hipótesis, creo que es la políticamente y sindicalmente correcta. Sin embargo su aplicabilidad necesita desde ya dar algunos pasos que aseguren una actitud activa del movimiento sindical con relación al proceso de cambios.

ALGUNAS IDEAS SOBRE EL 68 URUGUAYO.

ALGUNAS IDEAS SOBRE EL 68 URUGUAYO.

En primera instancia, creo que es importante, tanto aportar los elementos que nos permitan entender un periodo histórico, como así también desde donde lo vivimos y desde donde lo pensamos hoy.
Personalmente, luego de un periodo muy difícil de actividad gremial a nivel estudiantil durante los años 1959/62 en un centro de estudios del interior donde alcanzaban los dedos de la mano para contar a los izquierdistas, el 68 me encontró actuando en el cuerpo de delegados de la Unión Ferroviaria. Gremio a cuya dirección ingrese en el 70 a partir de la victoria electoral de una lista de tendencia. Queda claro que ese periodo histórico de la vida del país, la viví desde el posicionamiento de lo que fue la tendencia combativa, a partir de mi vinculación política con la F.A.U. Con esto quiero decir, que aprendí y me posicione hasta hoy a partir de lo que aprendí viviendo muy de cerca y en la practica lo que era el pensamiento y la acción de gente como Gerardo Gatti, Leon Duarte, etc.
¿Desde donde lo pensamos hoy?. En primer lugar, luego de mas de 33 años de actividad fundamentalmente sindical. En segundo lugar desde la perspectiva de haber integrado la dirección del movimiento sindical en 5 periodos distintos y por 3 gremios distintos. En tercer lugar, desde una profunda cultura de la Unidad. Todos estos elementos no me impiden que siga ubicándome en una corriente combativa dentro del movimiento sindical, pero y eso es importante, negándome a realizar trasplantes de esquemas de aquella época a un fin de siglo en el que muchas cosas están cambiando.
Si bien lo digo al final, no le resto importancia a lo que también aprendí, en el acierto o en el error, de muchos de mis adversarios en las luchas ideologicas, en los debates, etc.
Pero es más importante, que nos ocupemos de algunos elementos que caracterizan el 68 uruguayo. Puedo afirmar que en Uruguay, si bien se sintió la influencia del mayo francés, lo que aquí pasó es parte de un proceso que venía de antes y de situaciones que se generaron también aquí. Creo que esto es así, al menos en lo que respecta al movimiento sindical. Con relación al movimiento estudiantil, seguramente en menor medida; creo que el mayo francés opero como un detonante y dinamizador del movimiento estudiantil de esos años.
En lo que respecta a la Tendencia, seguramente la interacción que se produjo entre los trabajadores y los estudiantes, por esa vía indirecta, también operó el mayo francés. También es cierto, que a partir del 68, la tendencia adquirió perfiles propios que lo constituyen en una opción para miles de obreros y estudiantes. Ese perfil propio, emergía de una propuesta, una alternativa a la crisis que vivía la sociedad uruguaya. Cierto es que en la Tendencia no estaban claros muchas veces los medios, las alianzas, las etapas y el modelo de sociedad que se proponía como alternativa, y puede preguntársenos ¿qué aportó de nuevo la Tendencia?
En primera instancia fue capaz de dar cauce a un potencial de lucha, de rompimiento del rutinarismo sindical, superar cuantitativamente y cualitativamente el economicismo muchas veces predominante de la actividad sindical.
Hay que tener en cuenta que el 68 se encuadra en un país con una nueva constitución (la del 67), con el pachecato, con medidas de seguridad, con una inflación del 182%, con ilegalizaciones de partidos políticos, con los asesinatos en las calles de Liber Arce, de Susana Pintos, de Hugo de los Santos, con el ejemplo de la Revolución Cubana y la entrega de CHE en Bolivia, las marchas cañeras, las movilizaciones estudiantiles en contra del aumento del boleto.
Hay una preocupación que se me plantea, cuando se nos convoca hoy a debatir sobre hace 30 años atrás.: ¿Que importancia política tiene esta reflexión, este debate?.
Me supongo que en esta charla, con compañeros que pertenecen o pertenecían a organizaciones distintas a la mía, debatirá con 30 años de atrazo, ¿ que repuestas dieron a la ofensiva autoritaria que tiene un gran acento en el 68 y que tendrá sus puntos más dramáticos en el periodo dictatorial 1973/84.