Entre hoy y
mañana culminaremos la sexta Conferencia del Partido por la Victoria del
Pueblo, una instancia de discusión política. En estas instancias nos faltara la
palabra, la reflexión provocativa que solía ofrecernos los aportes de las
intervenciones del compañero Hugo Cores.
Por esa razón, antes de dar comienzo
a la misma, quisimos en esta breve introducción de bienvenida, realizar también
un humilde homenajea Hugo Cores y todos los compañeros que a lo largo de
nuestros 35 años de vida política como PVP fueron factores imprescindibles de
uno de los atributos de una organización política revolucionaria: su
continuidad.
Lo extrañaremos en estas reflexiones
que realizaremos, de la misma forma que sentimos sus ausencias en cada una de
las labores políticas diarias que hacemos quienes nos autoproclamamos
militantes de izquierda. Pero al igual que lo hacemos siempre, sin duda, que
nos imaginaremos que estarán ahí, para ayudarnos a desentrañar los desafíos que
implica para una fuerza política asegurar su continuidad.
Hugo cultivaba y desarrollaba con
inigualable persistencia y tesón, arte de la discusión política. Un arte que
lamentablemente parece ir muriendo en la izquierda, muy lentamente. El arte de
discutir para definir rumbos, para poner en limpio nuestras ideas, puede ser un
ritual intimo de una fuerza política, pero no alcanza con ello. Es necesario
confrontar con otras visiones para, como decía Hugo, no cocinarnos en nuestra
propia salsa.
Una buena discusión para Hugo, era
un espejo en el que podíamos encontrar en ella, las mejores armas para hacer
realidad las aspiraciones de libertad, de justicia e igualdad que ya debíamos
llevar dentro de nuestros corazones. Una síntesis, un material aprobado, era
una guía para la acción, al que debíamos poner mucha cabeza y mucha, mucha alma.
Por eso, el loco Duarte repetía que construiríamos un mundo nuevo, porque
llevábamos un mundo nuevo en nuestros corazones.
Sospechamos que esos son bienes cada
día más escasos, en un mundo donde el pragmatismo y la improvisación amenazan
de instalarse como la Biblia de la acción política.
Hugo tenía muy claro que los
resultados de la acción política improvisada, no debía ser atributo de un
partido revolucionario que se precie de tal. También tenia muy claro que no debemos
creer que los dirigentes, son una suerte de décimo de la lotería, que están ahí
para hacer realidad nuestras ilusiones.
En las próximas horas, deberemos
definir algunos aspectos que orienten nuestra acción política, para que esta no
sea improvisación pura, y definiremos que compañeros integraran los organismos
de conducción y representación del colectivo PVP.
Para no cocinarnos en nuestra propia
salsa y para cultivar ese arte de la discusión y el intercambio político, hemos
invitado a los compañeros que integraran la mesa de debate de hoy sábado.
Hugo tenía una especial preocupación
sobre los destinos de la izquierda a partir de la acentuación por parte de la
acción de la derecha de lo que él caracterizaba como “los aspectos persuasivos de la dominación, el componente ideológico
orientado a mantener la resignación e incorporar a la izquierda, castrándola,
al sistema político”. En ese marco alertaba que en la izquierda seguía
sobreviviendo las expectativas en el mensaje moderado, “que no asuste a nadie”
y en las posibilidades de “concertación” con algunas fracciones de los partidos
tradicionales para realizar “cambios en paz”. Y en ese marco afirmaba en 1989,
hace 21 años que “La realidad política
muestra, entonces, que hay una especie de crisis de representación en el
sentido de que el malestar popular no encuentra canalización adecuada en el
conglomerado de izquierda. Esto tiene como resultado lamentable una creciente
indiferencia hacia la actividad política, una baja de la militancia y una
pérdida del entusiasmo que caracterizaron al FA en otros periodos históricos”.
Seguramente, el espectro político
que expondrá a continuación, nos ayudara e interpretar el desafió que hoy en el
2010 sigue teniendo planteada la izquierda.