sábado, 26 de agosto de 2006

ALGO MÁS SOBRE IMPUNIDAD


ALGO MÁS SOBRE IMPUNIDAD
Este es un resumen del trabajo escrito por la ex Ministra de la Suprema Corte de Justicia Jacinta Balbela para el Centro de Investigación y Estudios Judiciales de la Asociación de Funcionarios Judiciales del Uruguay, y que fuera publicado en la revista ESPACIO ABIERTO correspondiente al mes de mayo del 2006.
Ese artículo titulado ALGO MÁS SOBRE IMPUNIDAD, da respuesta a una interrogante que la sociedad uruguaya deberá responder seguramente en los próximos meses, sobre la Ley 15.848, su vigencia actual y su futuro. Si bien, la reconocida jurista emite en el citado artículo su opinión jurídica, ella es fundamental a la hora de determinar los comportamientos éticos y políticos.
A partir de advertir que no realizaría una exposición académica, la Dra Balbela adelanta que enfocaría el tema “desde el punto de vista pragmático, seducida por la concepción de William James que fundaba la verdad de cualquier proposición filosófica o política en sus efectos o resultados prácticos”.
La ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado, según Balbela “condensa una compleja realidad como causa de su formulación”, un conjunto de conductas ilícitas cometidas por la dictadura que se “pretendió mantener impune”.
Recuerda la ex magistrada que la citada ley fue promulgada el 22 de diciembre de 1986 y que ante ello se había planteado desde la Sede de un Juzgado Penal su inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia. El 2 de mayo de 1988, la Suprema Corte de Justicia rechazo por mayoría la inconstitucionalidad planteada con el voto a favor de los Ministros Rafael Addiego, Armando Tommasino y Nelson Nicohelio, y con el voto en contra de los ministros Nelson García Otero y la autora del artículo. Finalmente el 16 de abril de 1989, la ley de caducidad fue ratificada en un referéndum con el 56,95% de los sufragios.
A continuación la magistrada admite que la ley de caducidad es “una ley especial por esa aprobación de los habilitados para votar”, pero deja sentado que “no existe norma jurídica que la ponga a cubierto de nuevos planteamientos, o de carácter interpretativo, o de inconstitucionalidad”. Es decir que existe la posibilidad de que sea “derogada, modificada o anulada por el Parlamento”.
Frente al argumento sostenido por algunos juristas de que es una ley “más robusta” o que tiene más jerarquía jurídica y política”, u otros que sostienen que que tratándose de una ley confirmada por un referéndum, no es constitucionalmente válido que sea posteriormente derogada o modificada, la Dra Balbela manifiesta que discrepa con esta posición; “Entiendo que no obstante el referéndum ratificatorio por esa mayoría especial o cualquiera fuere el número de votantes, nada impide nuevos planteamientos en las condiciones requeridas por el Art. 259 de la Constitución, o su modificación por una ley sustitutiva, o su anulación lisa y llana. Ni impide, en los dos últimos casos que el Parlamento vuelva a legislar sobre la materia y sus supuestos jurídicos”.
En su opinión “el Estado ha estado omiso. Su pasividad ha suscitado una cadena de conflictos y graves repercusiones en la vida ciudadana”.
Sobre esa omisión del Estado uruguayo dice que “es ilustrativa la opinión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos respecto a las posibilidades de nuevo análisis de una ley que ha sido sometida a un referéndum ratificatorio. En opinión consultiva la Corte Interamericana de Derechos Humanos se pronunciado por la afirmativa, en el sentido que lo que interesa en la perspectiva de la afirmación de los derechos humanos es analizar la compatibilidad de la norma con los derechos que se pretende proteger”. Otro jurista de amplio prestigio sostiene una tesis similar al afirmar que no importa si una ley fue ratificada por un referéndum, ni el porcentaje con que fue avalada “Una ley no se valida desde el punto de vista jurídico con un referéndum. Si tiene un vicio intrínseco que la vuelve nula, la ley continúa siendo nula siempre aunque tenga un respaldo mayoritariamente popular”.
Al referirse la Dra Balbela a los argumentos que en 1988 estuvieron presentes cuando la mayoría de la Suprema Corte de Justicia consideró constitucional la citada ley, dice que mantiene a casi 20 años de su expresión el voto discrepante con la mayoría de la Corte, ratifica sus consecuencias y propone la anulación de la ley de caducidad.
Con relación a los argumentos de quienes consideraron en aquella oportunidad que la Ley era constitucional, en base a que la caducidad era una amnistía, un perdón otorgado “a la luz de la doctrina nacional y extranjera más recibida”, la ex Ministra afirma que “Es obvio que no se trata de un perdón, sino de hipótesis de caducidad en fórmula que puede ser regulada libremente como manifestación del decaimiento del poder punitivo del Estado. No es lo mismo consagrar el decaimiento del poder punitivo del Estado, que ejercer un acto positivo de perdón”.
Cuando la citada Ley reconoce que como consecuencia de la lógica de los hechos, originados en un acuerdo político no institucional ha caducado el ejercicio de la pretensión punitiva del Estado, no significa que se les perdona el delito sino que perdió su validez la acción que habilita su juzgamiento. Se le impone al Juez la obligación de no investigar.
Sobre lo que se ha llamado “la lógica de los hechos”, la Dra Balbela dice que esa situación fue explicada con claridad en el curso de la discusión legislativa de la ley de caducidad por el Dr. Gonzalo Aguirre cuando aquel decía “en el Articulo 1° de este proyecto no hemos empleado por casualidad el verbo “reconocer”. Hemos tenido plena conciencia de que tenemos que iniciar este proyecto con una disposición que no es, como se dice por quienes saben de Derecho, una norma constitutiva, es decir, una disposición que crea una situación jurídica, sino una disposición declarativa No crea una situación jurídica nueva, sino que reconoce o declara una preexistente. ¿Y cuál es ella? Una situación de vigencia limitada de la Constitución que ha impedido hacer justicia y que ha determinado la impunidad de hecho que por dos años hemos tenido que tolerar. Solo significa reconocer que las normas constitucionales y legales que sujetan a todos los ciudadanos al Poder Judicial no funcionan respecto a los militares, por virtud de un hecho anterior”.
Recuerda la Dra Balbela que al votar a favor de la inconstitucionalidad de la ley de caducidad en 1988, admitió que ”pueden ser válidas del punto de vista sustancial las motivaciones, las razones invocadas, realidad política, social, etc. para reconocer una voluntad ajena como determinante de una norma jurídica, pero formalmente hay que convenir que ese mismo reconocimiento de una fuente de derecho no reconocida por la Constitución, engendra una ley viciada de inconstitucionalidad en cuanto no es expresión de la soberanía de la Nación”.
Al referirse al cercenamiento de las potestades jurisdiccionales de los jueces en el juzgamiento de los delitos cometidos durante la dictadura, la opinión de la Dra Balbela sostiene que “el juez ha perdido su independencia, se ha transformado en un mero funcionario de homologación. Es el Poder Ejecutivo a quien el magistrado instructor está obligado a requerir informes, quien determina la suerte del proceso y, por ello mismo, la suerte del sujeto imputado”. Balbela admite que es posible que se otorgue al Poder Ejecutivo el ejercicio de determinadas diligencias, comprobaciones, opiniones o pruebas, “que no deciden en definitiva, no dirimen situaciones reservadas por la Constitución a la función jurisdiccional, cuyo titular es exclusiva mente el Poder Judicial”. La Constitución “no ha asignado de manen alguna al Poder Ejecutivo funciones jurisdiccionales y por tanto, el Parlamento no puede asignárselas”.
Al referirse a lo que ocurrió en país luego del referéndum del 89, la Magistrada concluye “Un silencio cómplice; pretender saber la verdad y poner en funcionamiento resortes jurídicos tendientes al enjuiciamiento de los culpables fue una utopía para quienes aspiraban a la verdad y la justicia. Veinte años de dolor y espera.
El cambio devino por la perseverante, valiente e inteligente lucha de las organizaciones no gubernamentales que agruparon a las victimas de los delitos cometidos, destruyeron jurídicamente la mítica de la prescripción e iniciaron la revisión crítica de tan compleja realidad.
El revivir la vigencia de los documentos de derechos humanos en el orden jurídico nacional introducidos ‘formalmente” desde hacía varios años, operó como llave de oro que abrió las puertas a la sociedad civil para el análisis de las conductas lesivas.
Pero el mantenimiento de la Ley de Caducidad constituye un obstáculo insalvable”.
Al referirse a la iniciativa que en su momento impulsaron los Senadores del Encuentro Progresista para se interpretaran determinados artículos de la referida Ley 15.848, la Dra Balbela expresa que la interpretación “adolece de la misma inconstitucionalidad de la ley que se pretende interpretar, sencillamente porque como meta de la interpretación atribuye la responsabilidad de la decisión jurisdiccional al Poder Ejecutivo, bajo la forma de “acto reglado”.
Raúl Olivera
Secretaría DD.HH y Políticas Sociales PIT/CNT.

domingo, 13 de agosto de 2006

EL CAPITULO URUGUAYO DEL CÓNDOR


EL CAPITULO URUGUAYO DEL CONDOR.

Publicado en Trabajo y Utopía agosto 2006.

Un conjunto de causas radicadas en distintos juzgados penales uruguayos y otras en la república Argentina, están originando por primera vez en 20 años importantes actuaciones en Uruguay a nivel judicial. Detenciones, indagatorias y trámites de extradición giran en torno a hechos ocurridos hace 30 años. Lo que actualmente esta ocurriendo en sedes judiciales, con las dificultades del caso, puede ser seguido actualmente mediante los medios de difusión. Sobre lo que ocurrió en 1976, trataremos de hacer una síntesis, que seguramente nos llevará más que el espacio del que disponemos en este número.
Al asumir en febrero del 76, como Jefe de la side de Argentina el general Otto Paladino, se intensificaran las acciones clandestinas de los servicios de seguridad de otros países vecinos en la Argentina y de los servicios argentinos en otros países.
El 5 de abril empiezan a desarrollarse acciones represivas de la dictadura uruguaya sobre los exiliados uruguayos del PVP en Argentina. En ese marco es secuestrado Ary Cabrera.[1]
En ese mes, Ricardo Gil,[2] que había sido detenido en Colonia el 28 de marzo, durante los interrogatorios a que es sometido en Uruguay le preguntan sobre Ary Cabrera. “me mostraron pertenencias de él, se me interrogó acerca de actividades comunes realizadas con él (...) Las personas que me interrogaron a mí me dijeron que también lo habían interrogado a él en la Argentina".[3]
El 17 de abril son secuestrados en Buenos Aires Telba Juárez y Eduardo Chizzola. [4] Dos días después, Telba aparece muerta a balazos. Ricardo Gil es también interrogado acerca de Eduardo Chizzola.[5] "Se me mostraron sus pertenencias y en particular, su libreta de conductor, expedida en Buenos Aires, que tenía su foto. Se me dijo que estaba detenido en la Argentina”.[6]
En los días 22 y 23 de abril y el 1º de mayo, aparecen en las costas de Rocha cuatro cadáveres con muestras de brutales torturas.[7]
El 4 de mayo es secuestrado y desaparece en Buenos Aires José Enrique Caitano Malgor. Aparece otro cadáver en las costas de Rocha, con las mismas características de los anteriores.
El 4 de mayo Zelmar Michelini recibe información de que se preparan acciones contra uruguayos. Al otro día, entrega una carta a un periodista amigo, advirtiendo que pueden producirse acciones contra él.[8] El 8 de mayo viaja Juan Carlos Blanco, a reunirse con el Contralmirante Cesar Guzzeti para que Michelini fuera alejado de la Argentina.
El 10 de mayo aparee en el Río de la Plata otro cadáver mostrando señales de torturas.
El 11 de mayo es ocupado el inmueble donde comenzará a funcionar Automotoras Orletti.
El 13 de mayo son secuestrados Rosario Barredo, y Williams Whitelaw, junto a sus tres hijos.[9] Ese mismo día es secuestrado y desaparece Hugo Gomensoro Josman.
El 14 de mayo aparece otro cadáver en las aguas del Río de la Plata..
Dos días después, es secuestrada y desaparece en Buenos Aires, Blanca Rodríguez de Bessio.
El 17 de mayo aparece otro cadáver en las costas del Río de la Plata. Al día siguiente son secuestrados Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz.
El sub Oficial argentino Orestes Vaello, entrega a Rosario Barredo y Williams Whitelaw, al agente del SIDE César Alejandro Enciso y a personas de los servicios de inteligencia de Uruguay.[10]
El 19 de mayo es secuestrado y desaparece en Buenos Aires, Manuel Liberoff. Ese mismo día aparece en Colonia otro cuerpo decapitado, con características similares a los anteriores.
El 20 de mayo son asesinados Michelini y Gutiérrez Ruiz y el matrimonio Whitelaw - Barredo. Al día siguiente, aparecen sus cuerpos dentro de un vehículo. Ante la inminencia de que podían correr suerte la familia de Wilson Ferreira Aldunate se refugia en una embajada.
El 6 de junio desaparece en Argentina, Daniel Goicoechea.
El 9 de junio, es secuestrado y desaparece Gerardo Gatti.[11] También es detenida otra uruguaya María del Pilar Nores. Gatti y Nores fueron trasladados al centro de detención clandestino “Automotores Orletti” o “El Jardín”.[12]
El 13 de junio es secuestrado por un grupo de militares uruguayos y argentinos, Washington Pérez. Es conducido, junto con su hijo hasta “Automotores Orletti”, donde Hugo Campos Hermida, y otros militares uruguayos le obligan a actuar como intermediario ante el pvp, a los efectos de lograr el pago de un rescate a cambio de la vida de Gatti.
El 15 de junio, es secuestrado y desaparece Hugo Méndez Donadio.[13] Su compañera Maria del Carmen Martínez, será detenida posteriormente y conducida junto a Méndez a Automotoras Orletti. María del Carmen Martínez identifica en su detención e interrogatorios a Hugo Campos Hermida y al oficial uruguayo, Maurente.
En Orletti, Hugo Méndez y Gerardo Gatti son brutalmente torturados. María del Carmen Martínez supo que también se encontraba en el lugar María del Pilar Nores Montedónico, quien al día siguiente es sacada de allí. Esa misma tarde del 15 de junio es secuestrado y desaparece Julio Rodríguez Rodríguez y una mujer embarazada de quien no se conoce identidad y destino posterior. También son secuestrados los uruguayos, Jorge González Cardozo y Elizabeth Pérez Lutz. Todos son conducidos a Automotoras Orletti. Dos días después secuestran a Edgardo Candia, otro uruguayo también es llevado a Orletti.
Mientras continúan las gestiones de los militares uruguayos y argentinos en la operación de extorsión por la vida de Gerardo Gatti., llega a la Argentina una misión de la Federación Internacional de Derechos del Hombre y el Movimiento Internacional de Juristas Católicos, para informarse sobre la situación de los refugiados uruguayos en dicho país interesándose sobre Gatti.
El 20 de junio, luego de una larga sesión de torturas, Hugo Méndez y Edgardo Candia fueron sacados de Orletti y a partir de allí desaparecen. Al día siguiente Hugo Campos Hermida, se lleva de Orletti en un automóvil a María del Carmen Martínez, Julio Rodríguez Rodríguez y la mujer embarazada. María del Carmen Martínez es dejada en libertad. De las otras dos personas no se tienen más noticias.
El 25 de junio, Washington Pérez es conducido nuevamente a Automotoras Orletti donde obtiene la foto en la que Pérez aparece con el diario del día y Gatti tendido en una cama, tomada para probar que Gatti aún se hallaba con vida.
El 26 de junio es detenida en Montevideo, Elena Quinteros. Empiezan a producirse detenciones en Montevideo de gente vinculada al pvp.
Dos días después, Elena Quinteros intenta refugiarse en la embajada de Venezuela y es nuevamente capturada.
El 1º de julio, es secuestrado en Argentina y llevado a Orletti el integrante del PVP Enrique Rodríguez Martínez.
El 9 las uruguayas Cecilia Irene Gayoso Jauregui y Mónica Soliño son secuestradas en Buenos Aires. Ambas posteriormente son trasladadas a Orletti.
El 13 son secuestrados Margarita Michelini, Raúl Altuna, Ana Inés Quadros, Eduardo Dean, Víctor Lubian, Marta Petrídes, Sergio López Burgos, León Duarte, Asilú Maceiro, Sara Méndez, Gastón Zina, Elba Rama, Ariel Sotto, Alicia Raquel Cadenas, Ana María Salvo, Laura Anzalone, Félix Díaz, Raquel Nogueira, Enrique Rodríguez Larreta y Edelweis Zhan. Todos son conducidos a Automotores Orletti. Otro uruguayo secuestrado el 13 de julio por efectivos de Policía Federal fue Marcos Arocena, de 35 años. De esa ola de secuestros quedaran desaparecidos dos niños, Simón Riquelo y Ernesto Anzalone.[14]
Con León Duarte, conocido dirigente sindical uruguayo, fundador de la CNT y secretario general del pvp repiten la operación de extorsión que habían intentado con Gatti, utilizando para la intermediación nuevamente a Washington Pérez hasta que, Pérez logra burlar la vigilancia de los represores y se refugia en la embajada de Suecia. "Delante nuestro, se repartían el botín con los argentinos, y una vez arreglados se dedicaban a desarmar y embalar los autos que habían robado, el mobiliario y todas las pertenencias que fueron sacando de nuestras casas a medida que nos secuestraban. Un día, nos subieron a Elba Rama y a mí y un grupo de argentinos nos preguntó por separado se habíamos escuchado algún comentario a los uruguayos sobre un rescate a cambio de dólares".[15]
El 16 María del Pilar Nores, es trasladada a Montevideo. El 25 de julio, trasladan a los 24 de uruguayos secuestrados en Orletti a Uruguay y recluidos en la cárcel clandestina de Punta Gorda. No integran dicho traslado, ni Duarte, ni Gatti. El 22 de agosto los detenidos en la cárcel de Punta Gorda son trasladados a la sede del sid ‑en Bulevar Artigas y Palmar.
El 23 de agosto, José Luis Bertazzo, un ciudadano argentino, es detenido y conducido a "Automotoras Orletti".El día siguiente son secuestrados en Argentina y llevados a Orletti, Marcelo Gelman y María Claudia Garcia de Gelman.
El 26 de agosto es secuestrado y desaparece en Argentina Mario Jorge Cruz Bonfiglio.
El 3 de setiembre, es secuestrado y desaparece en Argentina Walner Ademir Bentancourt Garin.
El 6 y 8 de septiembre son inhumados en el cementerio de Colonia cuerpos nn aparecidos en el Río de la Plata.
El 23 de setiembre son secuestrados y desaparecen Juan Miguel Morales Von Pieverling y Josefina Keim Lledo de Morales.
El 26 de setiembre en un violento operativo secuestran y desaparecen en Argentina Roger Julien Cáceres, su esposa Victoria Grisonas de Julien y sus dos hijos Anatole y Victoria.[16] Todos son conducidos a Orletti.
Ese mismo día son secuestrados Alberto Mechosos y Adalberto Soba. Posteriormente secuestran a los integrantes de sus familias y en una imprenta que funcionaba en la casa de Soba, secuestran y desaparecen Pablo Errandonea y Raúl Tejera.
La familia de Mechosos estaba integrada por Beatriz Inés Castellonese Techera, y sus dos hijos Alberto José Mechoso Castellonese y Beatriz Elizabeth Mechoso Castellonese, de 6 y 8 años respectivamente. La de Soba por María Elena Laguna, y sus tres hijos menores, Sandro, Leonardo y Tania.
La familia Soba es trasladada a Orletti. "Aproximadamente a las 14 horas, varios vehículos y personas de particular fuertemente armadas irrumpieron en mi casa por la puerta delantera y por el fondo. En ese momento mi casa estaba también copada. Por el fondo de la casa trajeron un hombre arrollado en una manta, lo tiraron al piso y me dijeron: “ahí está tu esposo”. Yo tiré la frazada y lo desenvolví. Estaba semidesnudo y ensangrentado. Mis hijos me agarraban y lloraban, mientras tanto ellos daban vuelta la casa, tirando y rompiendo todo, hasta que encontraron una caja de madera con dólares, que no pertenecían a mi familia sino al PVP".[17]
En Orletti la esposa de Soba pudo ver ocho o diez personas con los ojos vendados. En una oportunidad el mayor José Nino Gavazzo le dijo que la iban a trasladar a Uruguay con sus hijos, por lo que ella reclamó ver a su compañero. Gavazzo ordenó que trajeran a Adalberto Soba ante su esposa y sus hijos. Lo tiraron en la colchoneta de su familia. Estaba sin vendas pero no podía abrir los ojos que estaban blancos, como cubiertos de pus o quemados con un ácido. Tenía quemados los párpados, los dedos de las manos y de los pies, la espalda a la altura de los riñones. No hablaba, sólo decía: “tengo sed”. Lo dejaron allí unas horas. Su compañera y sus hijos lloraban y él no decía nada. Después lo llevaron otra vez a una pieza y al dejarlo, su compañera oyó a un guardia que decía: “a ése dejalo ahí, que va para traslado”.
A María Elena Laguna y a sus tres hijos los pusieron en un coche y los llevaron al aeropuerto.
En el caso de Alberto Mechoso, también las Fuerzas Armadas uruguayas y argentinas, allanaron su domicilio donde se encontraba el resto del núcleo familiar. Con picos y macetas, destrozaron todo, reunieron el dinero que había y se lo llevaron.
Concluido el operativo dejaron dos guardias en la casa y llevaron a la esposa de Alberto Mechoso y a sus dos hijos, a una casa. "Luego de hacer un viaje de aproximadamente 40 minutos, llegamos a un lugar, era una casa particular. Mi esposo reconoció el lugar donde nos mantenían a mis hijos y a mí, como el domicilio de Mauricio Gatti y Sara Méndez, donde había estado él más de una vez. Mi esposo me dijo que el oficial que lo acompañaba, que estaba en la habitación con nosotros, era el Mayor Gavazzo del ejército uruguayo".[18]
El día 27 de setiembre por la mañana Beatriz Castellonese recibe la información de que ella y sus hijos iban a ser llevado para Uruguay. Ese mismo Alberto Mechoso, quien pudo tener un encuentro con su familia. "El día lunes 27, de mañana, me dijeron que me iban a llevar para Uruguay; (...)cerca de las cuatro de la tarde nos dicen que vamos a tener una visita, y aparece mi marido. Me dice que la persona que lo detuvo fue el mayor Gavazzo, que fue el que realizó el procedimiento en mi casa".[19]
Una hora más tarde se llevaron a Alberto Mechoso y poco después son sacados el resto de los secuestrados de la casa y llevados hasta Aeroparque, para abordar un avión de pasajeros de línea comercial con destino a Montevideo. Gavazzo, simuló ser el esposo de Beatriz Castellonese y padre de los dos menores.
En el mismo avión viajaba también la esposa de Adalberto Soba, Elena Laguna, y sus tres hijos. A la familia Soba la acompañaba otro integrante del sid uruguayo, José Arab Fernández alias "El Turco". Gavazzo traía en su poder el maletín con el dinero que había sacado de la casa de la familia Mechoso y la caja de madera robada en la casa de Adalberto Soba, con dinero. En determinado momento la abrió y empezó a sacar dólares y a guardárselos en los bolsillos. "Los policías de particular hicieron los trámites. Creo que nos trajeron con documentos falsos, ya que en mi cartera tenía mi propia cédula de identidad uruguaya. El mayor Gavazzo dijo que iba a pasar por mi esposo y a los chicos les dijo que lo llamaran de papá. Traía un maletín con dinero que había sacado de mi casa (era del pvp) y quien observara con atención podía ver el contenido, porque estaba mal cerrado. Nos advirtieron que en el viaje no intentáramos hacer nada. Cuando llegamos a Carrasco, en Montevideo, nos esperaban cuatro o cinco coches con policías de particular armados. Hicimos el viaje con otra señora con tres niños; ella me dijo que era la esposa de Adalberto Soba, que su esposo también estaba detenido. También me dijo que mientras estaba en prisión en Buenos Aires había estado en una casa donde también había más niños que los suyos, eran los hijos de Roger Julien, ella los conocía pues las dos familias se conocían".[20]
A la llegada al aeropuerto de Carrasco, en Montevideo, las familias Soba y Mechoso y sus custodias eran esperados por cuatro o cinco coches con hombres de particular armados. Las dos mujeres y los cinco menores son conducidos a un local clandestino de detención, conocido como Cárcel de "Punta Gorda", donde se les informa que estarían allí hasta que terminaran los procedimientos que continuaban realizando en Buenos Aires.
El 27 de setiembre son secuestrados Jorge Zaffaroni, su esposa María Emilia Islas y la hija de ambos, Mariana Zaffaroni Islas. Mientras que los padres son desaparecidos, Mariana Zaffaroni es apropiada por un agente de la side, Miguel Ángel Furci. Ese mismo día y el siguiente continúan los operativos contra los integrantes del pvp. Cecilia Trías, Washington Cram, son secuestrados y desaparecen.
El 30 de septiembre, es secuestrado y desaparece Rubén Prieto González. Es detenida Beatriz Victoria Barboza Sánchez y su esposo Francisco Javier Peralta Leonor y soin llevados a Orletti. Alli Beatriz puede saber de la presencia de otras cuatro mujeres uruguayas y tres niños, también uruguayos. Los niños eran los hermanos Boris Anatole y Eva Lucia Julien Grissonas, y Mariana Zaffaroni Islas. Mientras que las mujeres, eran María Emilia Islas de Zaffaroni y posiblemente Josefina Kleim Lledo de Morales, la esposa de otro militante del pvp, Juan Miguel Morales Von Pieverlig, secuestrados juntos el 23 de setiembre de su domicilio. Puede saber que allí, en un cuarto contiguo, se encontraba otro ciudadano uruguayo secuestrado, Jorge Zaffaroni Castilla
El 30 de setiembre Beatriz Barboza y su esposo son dejados abandonados, atados y encapuchados en una zona, cercana a Liniers previa amenaza de que debían regresar a Uruguay de inmediato, o serían asesinados. Se dirigen al aeropuerto y previo aviso telefónico a familiares de Montevideo, embarcan rumbo a Uruguay donde son detenidos.
El 1º de octubre son secuestrados y desaparecen Rafael Lezama, Miguel Angel Moreno Malugani, Carlos Alfredo Rodríguez Mercader, Casimira Carretero Cárdenas, Segundo Chejenian y Graciela Martínez de Chejenian, todos ellos integrantes del pvp.
El 2 de octubre es secuestrados y desaparecen Bernardo Arnone y Juan Pablo Recagno. Junto a Recargno detienen a Alvaro Nores Montedónico. Ambos fueron conducidos a Orletti, los militares uruguayos que realizaron el operativo eran Gavazzo, Maurente; Vázquez, y un Capitán de Ingenieros. Estaban acompañados por personas de nacionalidad argentina uno de los cuales era un oficial del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal Argentina, como también por civiles argentinos al mando de Aníbal Gordon.
Gavazzo le comunica a Nores que a pesar de haberse suspendido los traslados de prisioneros a Montevideo, su caso sería una excepción, ya que los mismos solo se podían hacer con la autorización del General Amaury Prantl, el jefe del sid y su similar del side argentino.
El 4 de octubre terminan las acciones contra el pvp con el secuestro en la vía pública de Washington Queiro Uzal.
El martes 6 de octubre, Alvaro Nores es trasladado a Uruguay, por el teniente uruguayo Maurente en un avión de pluna de vuelo regular. En el aeropuerto de Carrasco, eran esperados por el teniente Felipe Sande Lima, de la Guardia de Coraceros de la Policía de Montevideo, en Comisión en el sid, quien traslada a Nores a la cárcel clandestina de Bulevar Artigas y Palmar.
El 5 de octubre Beatriz Castellonese es puesta en libertad, siendo conducida en un vehículo policial, hasta la casa de sus familiares en Montevideo.
Gavazzo y Pedro Matos le dicen a Enrique Rodríguez Martínez que incluirían a Elena Quinteros entre las personas que harían aparecer como detenidas en Uruguay.
El 14 de octubre en Argentina, Marcelo Gelman es asesinado y su cuerpo, metido en un tanque con cemento, es arrojado a las aguas del canal de San Fernando, junto a otras siete personas. Ese día se el secuestro y desaparición de Félix Rodríguez Liberto.
Entre el 14 y el 21 de octubre son trasladados desde Orletti al sid los menores Anatole y Victoria Julien y María Claudia García de Gelman.
Gavazzo le dice a Enrique Rodríguez Martínez que la intención de incluir a Elena Quinteros entre las personas que harían aparecer como detenidas en Uruguay, no se realizaría.
El 23 de octubre comienza un traslado paulatino a la casa alquilada para simular el operativo de detención, el chalet "Susy", con el objetivo de que sean vistos por algunos vecinos antes de que se produzca un espectacular procedimiento militar en la zona dónde se efectuaría la detención oficial de algunos de los uruguayos traídos desde Argentina. Esa misma noche se produjeron las falsas detenciones en hoteles céntricos pero en este caso fueron los propios militares (con la documentación falsa antes citada) que suplantaron a los detenidos.
El 24 de octubre aparece en los medios de comunicación, a través de un comunicado oficial, una amplia información que detalla las detenciones del día anterior y en el que se presenta a los detenidos como parte de un grupo violento con numerosos planes para atentar contra las autoridades nacionales.
El 26 de octubre fueron trasladados Sara Méndez, Sergio López Burgos, Asilú Maceiro, Ana Inés Quadros, Elba Rama Molla, Gastón Zina, Alicia Cadenas, Marta Petrides, Ana Salvo, Cecilia Gayoso, Mónica Soliño y Ariel Soto a la casa de Shangrilá, donde el Mayor Nino Gavazzo dio una conferencia de prensa.
La semana siguiente los secuestrados en Argentina pasan ante la Justicia Militar con declaraciones redactadas por los mismos militares que estuvieron durante todo este período a su cargo, legalizando así su aparición como presos políticos.
El 1º de noviembre María Claudia García de Gelman da a luz una niña en el Hospital Militar de Montevideo.
A mediados de noviembre empiezan los traslados a los penales de Libertad y Punta de Rieles de los detenidos en Argentina y trasaladados clandestinamente a Uruguay.
A fines de diciembre, María Claudia García es sacada del sid con rumbo desconocido y desaparece. Su hija es entregada a un integrante de las fuerzas de seguridad.
El 22 de diciembre es liberado del sid, Enrique Rodríguez Larreta. El mismo día también son liberados, María del Pilar Nores, su hermano Alvaro Nores, José Felix Díaz y su compañera Laura Anzalone. El 23 de diciembre son trasladados desde Montevideo a Santiago de Chile en un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya, acompañados por una persona llamada Mónica, los hermanos Julien quienes son abandonados en una plaza de Valparaiso, Chile.
[1] Sindicalista del gremio bancario e integrante del pvp, que en 1973 pasa a residir en Argentina., viajando regularmente a Uruguay hasta noviembre de 1975.
[2] Fue detenido junto a Luis Ferreira y Elida Álvarez, cuando ingresaban al Uruguay, intentando introducir propaganda antidictatorial.
[3] Testimonio ante Comisión Investigadora Parlamentaria de 1985.
[4] Telba, maestra de 29 años. Eduardo, estudiante de Educación Física de 25 años ambos radicados en Argentina.
[5] Testimonio ante Comisión Investigadora Parlamentaria de 1985
[6] Idem.
[7] La dictadura uruguaya, informa que los cuerpos son de nacionalidad asiática.
[8] Testimonio de Nelson Alonso a la Comisión Investigadora de Diputados.
[9] A fines de mayo, son rescatados por su abuelo de la comisaría de Vicente López, donde los habían dejado.
[10] Testimonio de Orestes Vaello, sub oficial del ejercito Argentino ante la Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas de Argentina, el 4/4/1984.
[11] Militante político y sindical de 45 años, casado, con tres hijos. Fundador de la cnt e integrante de su primer Secretariado. Era presidente del pvp. Refugiado en Argentina desde 1973.
[12] Automotoras Orletti fue un centro de operaciones clandestinas e ilegales de los uruguayos integrantes del sid y de la ocoa que actuaban en Argentina.
[13] Méndez, de 31 años, era militante de los gau, y dirigente del Congreso Obrero Textil y del Ejecutivo de la cnt.
[14] Ernesto será recuperado poco después por su familia. Simon reciñe lo será 26 años después, en el 2002.
[15] Testimonio de Alicia Cadenas.
[16] Los niños seran recuperados años después en Valparaíso, Chile.
[17] Testimonio Maria Elena Laguna.
[18] Testimonio de Beatriz Castellonese.
[19] Testimonio de Beatriz Castellonese ante Investigadora Parlamentaria.
[20] Idem.
Publicado en Trabajo y Utopía agosto 2006 Nº 61