martes, 27 de septiembre de 2011

DERECHOS HUMANOS: UN MOMENTO CRUCIAL.
Por: Raúl Olivera Alfaro
(Articulo publicado en Trabajo & Utopía órgano oficial del PIT/CNT Septiembre de 2011).

Cuando Trabajo & Utopía este en circulación, se estarán procesando las discusiones en el marco del Congreso del PIT/CNT y se empezaran a conocer los efectos de la iniciativa del PIT/CNT y otras organizaciones sociales pusieron a consideración del sistema político y el Estado con el fin de que se de cabal y efectivo cumplimiento a algunos aspectos de la sentencia de la Corte IDH. En ese marco y cuando la organización unitaria de los trabajadores, cumple 45 años de existencia, la forma en que se resuelven ambos aspectos adquieren fundamental importancia.
Por un lado, porque la unidad de los trabajadores - que fue en los 60 una respuesta al avasallamiento de derechos esenciales de los ciudadanos y una forma adecuada para defender sus intereses de clase -, tiene que reafirmar su papel como un espacio ineludible para la construcción de una sociedad mas justa, mas solidaria y más democrática. Para cumplir con ese rol, el PIT/CNT cuenta con algunas ventajas: es portador de la cultura propia. Cultura obrera, desarrollada en su larga vida, produciendo y poniendo en circulación sus conocimientos para trasmitirlos de generación en generación, para que de esa manera, los trabajadores y trabajadoras que se incorporan al mundo de trabajo y a sus organizaciones sindicales, tengan herramientas teóricas que le posibiliten una adecuada comprensión de la realidad de cada momento histórico y desde ella, una eficaz acción transformadora de la sociedad.
Y por otro lado, porque en cada Congreso y en cada iniciativa desarrollada por la organización de los trabajadores, se expresa siempre esa experiencia acumulada durante su existencia y el legado de las organizaciones obreras que la antecedieron. Eso es lo que pone al PIT/CNT, en mejores condiciones para materializar contribuciones fundamentales para los cambios sociales y la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo uruguayo. En esta tarea tuvo, tiene y tendrá como uno de sus objetivos lograr los instrumentos organizativos más adecuados para la transferencia de ese conjunto de valores y conocimientos que son parte de su cultura, a los sectores más desposeídos, Es sobre una acción desarrollada y fundamentada en esos valores, que debemos continuar desarrollando un incansable lucha por el mejoramiento de las condiciones de vida de la comunidad. Mejora que debe asentarse y fundamentarse en la plena vigencia de los derechos humanos.
Esta tarea y esos objetivos del PIT/CNT han estado explicitados desde sus orígenes en los programas que hemos levantado y en las medidas de lucha que se desarrollaron a lo largo de su historia, aun en aquellos periodos donde esos objetivos se han visto fuertemente limitados, por las distintas formas del autoritarismo estatal y las políticas neoliberales. Aun en esos periodos, esos objetivos históricos nunca fueron dejados de lado. En esas encrucijadas la clase obrera pago un alto precio en destituidos, presos, exiliados, torturados, asesinados y desaparecidos defendiendo la vigencia de los derechos humanos como parte de la lucha democrática.. El prolongado período de terrorismo de Estado y el posterior embate estatal y/o patronal en los periodos del auge neoliberal, significaron desafíos muy duros para los trabajadores organizados, sin embargo, fueros desafíos superados a partir de que se tuvo la capacidad de lograr una adecuada articulación entre la lucha por los intereses más inmediatos y la lucha democrática en torno a la erradicación de la impunidad y la profundización democrática.
Los trabajadores tienen muy claro, que la evolución y la profundización de las mejores condiciones de vida, solo son posible en un ámbito de libertades y vigencias de todos los derechos. Es desde ese principio básico, y desde la reafirmación de la relación de independencia de los trabajadores organizados frente al Estado, que la acción del PIT/CNT ha estado en estrecha relación con el resto de la sociedad, sumando sus esfuerzos para dar respuestas a las múltiples y novedosas situaciones planteadas en una América latina que vivió sangrientas dictaduras cívico-militares, de cuyas consecuencias aún no se libró plenamente. El PIT/CNT, debe perseverar su tradición de enfrentamiento a todas las formas de autoritarismo que puedan plantarse, prestando atención y esfuerzo a la defensa de los derechos humanos. Para ello, es fundamental que defina, como sin duda ya lo ha hecho en años anteriores, la continuidad de su actitud activa frente a las injusticias en el campo de los derechos humanos. Hacer eso, será una contribución fundamental hacia la conformación de una sociedad más libre, justa y solidaria, que en nuestra visión, debe ser portadora y activa defensora de una cultura en derechos humanos integral.
Esto es particularmente necesario en el momento actual, caracterizado por profundos cambios a nivel mundial que se han visto acompañados de fuertes transformaciones en el campo de las definiciones jurídicas y políticas con relación a los derechos humanos. La lucha desarrollada contra la impunidad, por verdad, justicia, memoria y nunca mas terrorismo de estado, pone de manifiesto la necesidad de crear en el ámbito del movimiento sindical un espacio dedicado al estudio, la reflexión y la difusión de los derechos humanos como un compromiso y una contribución que los trabajadores se deben a sí mismo y al resto de la sociedad civil.
Y desde allí, continuar acompañando y perfeccionando las herramientas que nos permitan continuar desarrollando la tarea trascendente que desarrollamos en nuestro país conjuntamente con otros organismos de derechos humanos. Desde el PIT/CNT, con esos sectores, deberemos abordar el tema de los derechos humanos integralmente con el fin de poder intervenir en las acciones y las políticas públicas con mayor eficacia, y sobre todo para asentar en la sociedad una concepción integral de estos derechos.
De esta manera, es necesario potenciar la función del PIT/CNT en este campo dándole una proyección fundamental para el fortalecimiento de la democracia, que debe necesariamente incluir la dimensión ética, jurídica y política de una cultura de los derechos humanos que constituye una fuerza generadora y dinamizadora permanente de la teoría y de la práctica de la democracia, ya que representan una concepción del hombre como sujeto libre y autónomo con derechos irrenunciables inherentes a su condición.
A la luz de las experiencias recientes vividas por nuestra sociedad y en el resto de América Latina, el movimiento sindical debe seguir contribuyendo a mantener de manera plena y gravitante en la conciencia colectiva de nuestra sociedad la defensa de los derechos humanos, y a organizar la resistencia contra todo aquello que represente una amenaza al ejercicio pleno de estos derechos. Se trata, pues, de continuar articulando acciones con las organizaciones de la sociedad civil aportando nuestra capacidad de organización y nuestros valores,.
La creación de una Cátedra Obrera de Derechos Humanos en el ámbito del PIT/CNT, y la continuidad de la Secretaria de Derechos Humanos, son aspectos fundamentales para que el movimiento obrero continúe interviniendo en la vida pública, en la defensa de las instituciones, de la libertad y dignidad humana. Serán esas dos herramientas, los marcos adecuados para reflexionar y producir acciones respecto de los múltiples efectos que ha tenido en la sociedad y en el resto de América Latina, la violación de estos derechos y el desarrollo de una cultura de los derechos humanos que termine con la cultura de impunidad. La lucha democrática continúa siendo parte de nuestra lucha permanente para extender y profundizar la preservación del derecho a la vida, la libertad, la integridad de los individuos y el mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores postergados.
Al memento de escribir este artículo, aun no esta claro el panorama que tendrá en el futuro la lucha contra la impunidad en el Uruguay, ya que son inciertas las señales que se emiten desde los distintos poderes del Estado con relación al cumplimiento de la Sentencia de la Corte IDH. Y en razón de esa situación, es que se materializa la propuesta del conjunto de las organizaciones de la sociedad civil, que se informa en otra parte de ste artículo. La propuesta tiene el objeto de lograr que el Estado uruguayo de el paso de eliminar las anormalidades jurídicas, éticas y políticas que por mas de un cuarto de siglo impuso la existencia de la ley de caducidad.

PROPUESTA DE LAS ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL.

Artículo 1° - De conformidad con lo establecido en los párrafos 252 a 256, 274 y 275 de la Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del 24 de febrero de 2011, se dispone:
a) que los artículos 1° a 4° de la Ley 15.848, al carecer de efectos por su incompatibilidad con la Convención Americana de Derechos Humanos, no vuelvan a representar un obstáculo para la investigación de la desaparición forzada de María Claudia García de Gelman y de Macarena Gelman, ni de otras graves violaciones de derechos humanos similares que constituyen delitos de lesa humanidad, ni para la identificación y sanción de los responsables.
b) que a los referidos hechos no se apliquen otras normas análogas del ordenamiento jurídico interno que excluyan la responsabilidad penal, como prescripción, irretroactividad de la ley penal, cosa juzgada o ne bis ín ídem;
c) que el Estado uruguayo debe abstenerse de realizar actos que impliquen la obstrucción de los procesos judiciales o administrativos referidos a los hechos mencionados.
d) que el Estado uruguayo debe asegurar el pleno acceso y capacidad de actuar de las víctimas o de los familiares de las víctimas en todas las etapas de la investigación y del juzgamiento de los responsables en los procesos a que se hace referencia en la citada Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

De transitar el sistema político por este o un camino similar, es una oportunidad de poner en marcha una verdadera política de Estado de memoria, verdad, justicia y reparación. Es también una superación de una larga incomprensión que existe a niveles gubernamentales y de la sociedad, de que es imposible construir un proyecto de sociedad justa, solidaria y democrática sin las bases y los cimientos éticos de una verdadera justicia. Lograr que el Estado de cumplimiento, a un reclamo popular desarrollado desde hace un cuarto de siglo será el fin de una etapa de la lucha contra la cultura de impunidad y abrir otra, no menos importante.
Debemos tener claro que el simple hecho que – de la forma que sea -, la ley de caducidad deje de trner efectos jurídicos en nuestro país, no implicará necesariamente que desaparezcan a distintos niveles de nuestra sociedad y del propio Estado, enclaves desde donde mediante diversas maneras se pretenda poner en cuestión principios fundamentales sobre los que debe basarse una convivencia democrática plena.

Raúl Olivera Alfaro.
Asesor de la Comisión de DD.HH del PIT/CNT.