domingo, 10 de febrero de 2008

reflexiones cumpleañeras



Escrito el 10 de febrero de 2008.

Como dice Sabina, cumplí 30 mas 34.
O 20 mas 10, mas 10, mas 20, mas 4. Cada cual puede hacer las sumas como quiera, por suerte o por desgracia (depende de cómo se mire), lo que no debe (ni se puede) cambiar es el resultado final.
Sesenta y cuatro.
Muy largo dicho así; 64, así parece menos.
Muchos amigos, me han mandado un SMS, otros me han llamo por teléfono (que anticuados) y otros han venido a verme. A los que me llamaron por teléfono, corrio a cargo de ellos, la respuesta y el agradecimiento. Contestar los SMS a todos de la misma manera, me hubiera obligado a estar largas horas como una gallina picoteando las teclas del celular.

Esto es una respuesta a cada uno. Sin embargo no es una respuesta adocenada. No es una respuesta que uno hace y que sirve para todos. Es cierto que tienen algo en común, al fin y al cabo uno por mas que disimule tiene cosas que no puede cambiar.
Pero las personas son como las novelas, cada cual puede darles la interpretación que quiera, leer solo el final, o saltearse las páginas mas aburridas ¡Sean benignos, por favor!
Tengo la suerte o la desgracia, de que cumplo años un día después que mi hermano menor, así que como las reuniones por su cumpleaños duran hasta después de las 12 de la noche, le garroneo algunos saludos. También es una ventaja, que con 24 horas de diferencia, nuestros amigos – entraditos también en años- digieren muy lentamente lo que comen el 9 de febrero, así que el 10, o comen poco o bien no vienen. Tiene la desgracia de que muchos se hacen los distritos y parecen enterarse allí que es también mi cumpleaños. Así que me saludan…y omiten el regalo.
Los regalos a veces son un problema. Por ejemplo un buzo o una remera muy ajustada, pone en evidencia protuberancias que muestran que además de la carne, los músculos también son débiles y dejan escapar el estomago mas de lo recomendable.
Por ejemplo me regalaron el bisnieto de la radio Spika. Claro que no se llama como cualquier otra cosa con una palabra; tiene dos letras y un número. MP4.
Es cierto que los que a la fuerza entramos a la tercera edad, tenemos derecho a las nuevas tecnologías, pero es una discriminación que los manuales sean con una letra tan chica, que ni con los lentes podemos leerlos…y si los leemos ¡Cómo cuesta entenderlo!
Pero algo aprendimos, con esto de las nuevas tecnologías, esas que llaman de tercera generación. Nosotros no somos de la tercera edad, ¡somos de tercera generación!
Cierto es también, que a diferencia de este aparato- el MP4, no piensen mal- uno también funciona digitalmente, aunque muchas veces demoremos en prender las luces.

En alguno de esos años, nos hemos cruzado. En ese cruce, que puede haber sido largo, corto o aún en curso, me han soportado. Gracias por ello.

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