sábado, 7 de noviembre de 1998

ABRIENDO EL PARAGUAS, CUANDO YA ESTAS MOJADO.

ABRIENDO EL PARAGUAS, CUANDO YA ESTAS MOJADO.
REFLEXIONES A PROPOSITO DE LAS RELACIONES DE PODER EN UN GOBIERNO POPULAR.

Sin duda que estas reflexiones que pongo a la discusión tiene claros y oscuros que no dependen de mi capacidad intelectual o política. Sino desde donde están hechas. Estoy creyendome ubicado entre las relaciones corporativas que en mayor o menor medida se generan en la actividad sindical (no hace mucho que deje mi actividad en las estructuras sindicales) y entre las relaciones estrictamente políticas (ya que al fin de cuentas luego de más de 30 años de pertenecer activamente a organizaciones políticas, por mas turro que seas, algún reflejo en la forma de ver la realidad, te dejan).
Parto de la base que está discusión que me dicen se está generando en la interna del FA, no tiene para todos el mismo origen y la misma intención. Esta es una problemática teórica y practica que esta sentada en la mesa de nuestro frente y que sin embargo no se le ha otorgado el carácter de fuerza nacional (a pesar de que esta representada en cada rincón del país, donde el Estado está presente).
Nos han dicho los que saben, que el PODER, es la capacidad que tiene una clase para lograr sus INTERESES.
Nos ha enseñado la realidad que una CLASE SOCIAL, en la realidad tiene variados intereses. No se trata de dos cajones prolijamente separados donde están ubicadas las consabidas CLASES EN SI y las CLASES PARA SI. Al igual que puesto de verduras, esa fruta de la “clase”, esta desparramada en innumerables cajones, según su calidad o “su aspecto”.
A partir de esta comprobación habría que concluir- para ser coherentes-, que el problema de los intereses admite también una variedad tan infinita que da miedo pensarla.
Y si a todo esto, cual frutilla que corona el plato, le agregas aquello de que los intereses que determinan en última instancia son los ECONÓMICOS; te acompaño pál temblor.
A nadie escapa que las relaciones de PODER, son algo más complejas que aquellas que en teoría ubican a los sectores sociales según INTERESES claramente identificados y artículados con clases sociales en estado “puro”. Para ejemplificar esto: nadie puede ignorar que en la interna del movimiento sindical se desarrollan formas de PODER y que ellas tienen su sustento en relaciones de INTERESES. También: esa existencia de PODERES representa otros tantos INTERESES.
Podemos afirmar que ningún sindicato en la actualidad que tenga una vida democrática plena (asambleas, amplia participación en las elecciones de la dirección, etc), representa en forma plena y clara una concepción clasista que permita pensar a ese gremio articulando adecuadamente su accionar en la perspectiva de un gobierno popular.
Bueno luego de esta de cal, veamos una de arena.

En la fuerza política Frente Amplio, la cosa es aún más compleja, por la sencilla razón de que a las complejidades propias de el conglomerado social que integra una fuerza política como el FA, se le suman aquellas que se generan en el ámbito específico de la actividad sindical.
Ya no es posible pensar la actividad sindical como el generador de una conciencia política que se encausa en la fuerza política. Eso existe en alguna medida, pero también se da que en el nivel de la actividad estrictamente política se generan las condiciones para actuar en la actividad sindical. En esta doble vía, nos encontramos con sindicalistas-políticos que luchan contra la corriente en el ámbito sindical; y a políticos-sindicalistas que luchan contra otra corriente en el ámbito político.
Creo que hay muchos compañeros en la izquierda que están en una izquierda en blanco, sin programa, que ya no cree en un programa de transformaciones. Esa izquierda puesta en la administración del Estado, creé que tiene el horizonte de su acción ¿política? circunscripta a una administración “buena” y sin grandes problemas. Todo aquello que ponga en peligro esa perspectiva- que son sus intereses también relacionados con un cierto “buen pasar” a partir de sus remuneraciones-, se transforma en algo que hay que eliminar, y no resolver.
Si ese peligro proviene de la derecha, en la medida que no esta sujetado por un programa, la solución es sortear el peligro potabilizando su acción de acuerdo a esas presiones.
Pero si el peligro viene desde adentro el peligro es más consecuente y su atención le implicara salir del “buen pasar” a navegar en el río turbulento de un programa en el que no cree.
Eso es lo que nos parece escuchar en algunas intervenciones de jerarcas municipales.
Creo que ante las dificultades que enumere más atrás relacionadas al ámbito sindical y al político, el Estado (el gobierno) está llamado a desempeñar un papel primordial en la organización del pueblo, en su avances en conciencia , y en custodio del programa.
Me dirán y me preguntaran ¿y el Partido?. El partido fortaleciendose a través de su acción a través del Estado, del Gobierno.
¿Y los sindicatos?.
Primera hipótesis: Las direcciones se ponen de freno de la avalancha reivindicativa.
Segunda hipótesis: Las direcciones se ponen al frente de la avalancha reivindicativa.
Tercer hipótesis: Atento a la “independencia de clase”, orientan su acción, como si nada hubiera pasado, ignorando el dato de que hay un gobierno distinto.
Cuarta hipótesis: Atento a coincidencias programáticas entre el movimiento sindical y el gobierno popular, asumir una actitud de expectativa y vigilancia en el cumplimiento del programa.
Hagamosle ahora la prueba del 9 a estas hipótesis: La primera es de difícil concreción, salvo que se quiera terminar con los trabajadores de sombrero. El sindicato en esta perspectiva sera un campo de acción tanto de la derecha, como de sectores de ultra-izquierda que intentaran ganar en la liga, lo que perdieron en la cancha.
La segunda no cuenta con condiciones de desarrollo global, una parte importante del sindicalismo es parte de ese colectivo que no cree en el programa de transformaciones. Por otra parte desde el Estado o el gobierno, se le pueden generar situaciones de tensiones internas dentro de los sindicatos, que mellaría gravemente la unidad de acción.
La tercera centra sus posibilidades de sustentación en que efectivamente los trabajadores visualicen que “no hay nada nuevo bajo el sol”, y yo creo que mas allá de las intenciones de muchos dirigentes frentistas, aun antes de que realicen la primera acción de gobierno, el país habrá cambiado.
La cuarta hipótesis, creo que es la políticamente y sindicalmente correcta. Sin embargo su aplicabilidad necesita desde ya dar algunos pasos que aseguren una actitud activa del movimiento sindical con relación al proceso de cambios.

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