martes, 23 de agosto de 2011

Apertura para actividad de Iguales y Punto en la IMM.

En los últimos tiempos las expectativas en torno al resultado que finalmente tendría un capitulo de la larga batalla que fundamentalmente hemos dado la sociedad civil para que en nuestra sociedad todos fuéramos iguales ante la ley, una vez más se vio frustrada al haber fracasado el intento por vía parlamentaria de eliminar la ley de caducidad y los efectos generados por su aplicación durante su vigencia.
No es necesario hacer una actividad de este tipo al que hoy nos hemos convocado, para construir argumentos que demuestren que ha sido la sociedad civil la principal protagonista en la lucha por Verdad y Justicia. Tampoco para demostrar, que el principal obstáculo para terminar con la cultura de impunidad imperante, han sido las acciones, omisiones y complicidades desde Estado.
Sin embargo, es necesario que antes de escuchar las reflexiones que se brindaran por parte de nuestros invitados – los que se sientan de uno y otro lado de la Mesa -, hacer un breve recuento de algo que es necesario no olvidar. Esta batalla por construir una cultura de los derechos humanos, no es un desafió particular de los uruguayos. Es parte de una larga lucha de la humanidad, que se libra desde -al menos la noche de los tiempos en que los horrores del nazismo - , puso en evidencia la necesidad de proteger a la humanidad de aquellos horrores.
En contra de ese esfuerzo de la humanidad, en nuestro país se violó el acuerdo político de la Concertación Programática, se violó la Constitución y los acuerdos internacionales suscritos por el país, y cuando eso no fue suficiente para que reinara absolutamente la impunidad se le dio a la ley de caducidad un poder que extralimitaba sus alcances transformándola en un instrumento idóneo y eficaz para trasladar la caducidad a delitos cometidos en territorios extranjeros. Y a favor de ese esfuerzo de la humanidad en nuestro país, se lucho de mil maneras. Se testimonio el horror mil veces, se denunció a nivel nacional e internacional, se acudió a los tribunales, se presentaron recursos administrativos, se realizaron petitorios, se pusieron todos los recursos humanos y materiales posibles para hacer materializar la realización de recursos de consulta popular, se realizaron multitudinarias marchas del silencio y se acudió a organismos multilaterales, uno de los cuales, La Corte Interamericana de Derechos humanos reconoció que teníamos razón n todos y cada uno de nuestros añejos reclamos. Todos y cada una de las armas y los medios que nuestro ordenamiento legal permitía, fueron usados.
Esos esfuerzos que hemos realizado en el Uruguay, se articulan con los esfuerzos que realizaron y realizan otras sociedades de nuestra sufrida América y que se ven reflejados en Sentencias en casos como los de Velásquez Rodríguez, de Barrios Altos, de la guerrilla de Araguaia y muchos otros que han ido aorralando a la impunidad. Y también en instrumentos de derechos, como el Pacto de San José de Costa Rica y la Convención Americana contra la desaparición forzada de Personas, entre otras, que son el resultado de las luhas populares por poner limites al autoritarismo de los Estados.
Ha llegado el tiempo de empezar a cerrar una etapa de nuestra vida como nación, en el que nos va el futuro como sociedad democrática y respetuosa de la dignidad humana. Este desafío deberá resolverse de una sola manera. Aquella, que permita eficaz y adecuadamente instalar definitivamente una nueva cultura con relación a los derechos humanos. De eso se trata esta actividad, de ayudarnos a entender aún más la complejidad del desafió planteado, pensando juntos y comprometiéndonos juntos.

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