domingo, 15 de septiembre de 2013

LAS CONMEMORACIONES DE LOS 40 AÑOS: Memorias viejas o memorias de viejos.

LAS CONMEMORACIONES DE LOS 40 AÑOS: Memorias viejas o memorias de viejos. Por Raúl Olivera (Publicado en la Revista del Sindicato del Medicamento) 1.-Lo del titulo puede parecer provocativo o incomprensible, referidas a los hechos que se recordaron al cumplirse 40 de ocurridos. La operación de hacer memoria, siempre está dirigida a hechos del pasado. Y, en el caso concreto de la huelga general y el golpe de Estado, acontecimientos que tienen muchos años de acontecidos. De ahí que, sin ser peyorativos, pueden caer bajo la categoría de cosas “viejas”. Se nos podría reprochar, que sería más adecuado el calificativo de “cosas antiguas”. Si bien es de recibo el reproche, debemos argumentar que el calificativo de “viej@s”, también implica atribuirle a esos hechos, cierto deterioro por el propio trascurrir del tiempo. Por eso, el que se haya realizado ese esfuerzo en recordar esos hechos ocurridos hace 40 años –la huelga general y el comienzo de la dictadura -, es también una forma de intentar subsanar el deterioro que los mismos, pueden haber sufrido en este trascurrir de cuatro décadas. Es cierto, que el producto de esa compleja operación de los seres humanos de hacer memoria, nunca o pocas veces, nos arroja el mismo e inalterable resultado. No se trata de una “memoria genética”, mecanismo incluido en nuestros genes. A veces, los hechos se nos van diluyendo, oscureciendo; y otras veces interactuando con otras memorias, se enriquece, se puebla de nuevos matices y detalles. En las variadas actividades que se realizaron en torno al 27 de junio, se vivieron interesantes procesos que valdría la pena verlos y analizarlos a la luz de la interrogante del titulo de esta nota. Eso es así, tanto en lo referido a la trasmisión de esas memorias, a su revalorización y a los acentos elegidos por cada expositor sobre los dos temas que se exponían: la agudización de las practicas del terrorismo de Estado mediante la implantación de una dictadura, y la respuesta del movimiento obrero y estudiantil materializado en la paralización de tareas y la ocupación de los lugares de trabajo y estudio. Por lo general, salvo contadas excepciones, los “viejos” hablamos de “tiempos viejos” y… para viejos, ya que faltaron o no se habilitaron formas que permitieran una participación mayor de los jóvenes. Debemos admitir, que al margen de las posibilidades de asistencia que habilitaron los horario y la superposición de las actividades, los 40 años de hechos que generaron en su momento distintas visiones y posicionamientos del movimiento sindical y el sistema político – nos referimos al proceso y desarrollo de los hechos que culminarían con la ruptura institucional y la huelga general -, generaron un proceso en el que se avizoraron avances en su tratamiento. 2.- la posibilidad de poder hablar esos temas con personas que participaron en ellos, es algo muy importante. Sobre todo si en esas operaciones de la memoria, se intenta incorporar visiones distintas. Es cierto, en otro aspecto, que la categorización de “jóvenes” referidos a este tema, admite algunas puntualizaciones. Quienes tienen en la actualidad 40 años, no habían nacido en 1973. Y los que tienen actualmente 55 años, es relativa la memoria que sobre esos hechos pueden tener. Los que superan los 55 años, y a medida que se avanza en la franja etaria, puede decirse que vivieron aquellos hechos. Que no hablan de oídas. Esa posibilidad de poder contar con testimonios de primera mano, es finita. Esta atada al normal ciclo biológico de los seres humanos, y también, a la ya no normal acción del terrorismo de estado que asesino y desapareció a muchos de sus protagonistas. En algunas de las Mesas Redondas, surgieron de algunos asistentes, preguntas que podrían haber ayudado – y en algunos casos lo lograron - a entender algunas complejidades del proceso político uruguayo en el que posteriormente se dio el golpe de estado y la respuesta al mismo con la huelga general. Nos referimos a las relaciones ambiguas que sectores de la izquierda mantenían con las instituciones militares. Eso sin duda, tenía su correlato en el mundo sindical y estudiantil. Es ingenuo pensar que la colaboración de integrantes del MLN con los militares en la lucha contra los ilícitos económicos, o las expectativas del PCU con relación a los comunicados 4 y 7, no influyeron en las visiones existentes en el movimiento sindical y estudiantil. Un claro ejemplo, puede ubicarse en torno a los preparativos del 1ero de mayo de 1973. Una de las formas de obturar una discusión sobre esos aspectos, que hoy día no pueden buscan saldar cuentas en torno a estrategias existentes hace 40 años, es negar esos matices existentes en aquella realidad. Para ello, se remiten a las nuevas generaciones a los pronunciamientos que finalmente tomó en aquellos momentos la CNT. Es como sí ante una pregunta de las nuevas generaciones que no vivieron la huelga general, para referirnos a ella, nos limitáramos a leerles la declaración de la huelga. Si realizamos seminarios, si tratamos de incorporar la mayor cantidad de visiones sobre los prolegómenos de la huelga, su desarrollo, etc; no es por un simple ejercicio retórico de ensalzamiento de quienes la llevaron a cabo. Se trata, por el contrario de mostrar las complejidades de los desafíos que el movimiento sindical debió resolver, bien, regular o mal. Y para qué? Para sacar conclusiones, enseñanzas y sobre todo para que ese ejercicio de la memoria sea un terreno fértil de reflexión que no quede atado, a quienes lo vivimos. El gran desafió en este terreno, es que las memorias no envejezcan con sus protagonistas.

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