domingo, 15 de septiembre de 2013

UN RESCATE DE LA MEMORIA COLECTIVA

UN RESCATE DE LA MEMORIA COLECTIVA




Una moción que fue aprobada por el Congreso del PIT/CNT hace 12 años, planteaba la necesidad de instalar en la sociedad de nuestro país, el rescate de un aspecto sustancial de nuestra memoria colectiva.

Para ello, planteaba la realización de una Campaña Nacional, que bajo la consigna "no son solo memoria sino vida abierta", se rescatara la memoria de los compañeros asesinados, desaparecidos como parte sustancial de nuestro pueblo.

Esos compañeros, fundamentaba la moción aprobada, habían sido creadores de sindicatos, de organizaciones sociales, vecinos de algún barrio, compañeros de trabajo de muchos de nosotros, otros fueron compañeros en los centros de estudios. En todos esos ámbitos, ellos y ellas habían desplegado su entrega y sacrificio, ya sea en la organización de nuestro pueblo contra el pachequismo, ya sea en la lucha contra la dictadura que se debió desarrollar después.

En todas esas trayectorias que se planteaba rescatar, se había materializado sus estaturas humanas y políticas, siendo ellos, una cabal expresión de determinados valores fundamentales que se debían reivindicar.

Rescatarlos como parte integral de nuestro pueblo y su historia, implicaba reconstruir en cada barrio, en los gremios a los que pertenecía, el inmenso aporte que ellos realizaron a la sociedad uruguaya.

Esa campaña, que definimos hace tantos años está aún insuficientemente desarrollada.

Los balances, que cada vez que finalizaba un periodo de vida de nuestra Central, debería responder el porqué del no cumplimiento de las resoluciones anteriores. Se supone que un colectivo al resolver algo, también asume la responsabilidad de hacerlo.

Es cierto que las resoluciones de los Congresos, en el caso de los que se relacionan con la Secretaria de Derechos Humanos, adquieren características específicas. ¿Cuál es esa especificidad?

Las actividades de las Secretarias y/o Comisiones Centrales del PIT/CNT, por regla general están vinculadas estrechamente al trabajo sindical del día a día de las distintas Federaciones y /o Sindicatos únicos. Dicho de otra manera, el esfuerzo y la militancia que los sindicatos ponen en esas Comisiones Centrales, es una suerte de inversión que directamente redunda en beneficio a los esfuerzos que ellos están realizando en su existencia particular. En el caso de las actividades de la Secretaria de DD.HH, el campo de su actividad – fundamentalmente la lucha contra todas las formas de impunidad -, no guarda una relación de complementación con ninguna actividad específica y particular de ningún sindicato.

Esa situación sin duda, es uno de los elementos que han determinado ciertas limitaciones en las actividades de la Secretaria de DD.HH. Un trabajo que por lo general, está orientado a formular pronunciamientos y acciones sobre aspectos que se debaten a nivel nacional e internacional que hacen a la profundización de la vida democrática de nuestros pueblos, nos lleva muchas veces a la necesidad de priorizar un trabajo orientado a articular con otros sectores de nuestra sociedad.

Sin embargo, esa acción coordinada con otras organizaciones de DD.HH nacionales, no nos ha impedido tener una estrategia propia muy bien definida en lo daremos en llamar la lucha contra la IMPUNIDAD. Pero lo importante siempre, no es tener una estrategia propia, sino lograr sumar otras fuerzas a esa estrategia.

Pero tampoco se trata de que la estrategia del movimiento sindical en este y otros temas, sea una suerte de “paquete” que otros toman como suyo. Los procesos de acumulación de fuerzas más efectivos y duraderos, son aquellos que se materializan en lineamientos y estrategias que se construyen entre todos sus participantes.

Un ejemplo de esto que escribimos, podemos ubicarlo en la instalación en nuestro país del Observatorio de seguimiento de las denuncias de violaciones a los derechos humanos, que lleva el nombre de Luz Ibarburu (http://www.observatorioluzibarburu.org ).

Fue inicialmente una idea del PIT/CNT que finalmente incorporó a 15 organizaciones sociales y a un destacado grupo de profesionales del derecho. Podría decirse que también la necesidad de crear una Unidad Especial de Investigación y apoyo al sistema judicial para la investigación de los crímenes del terrorismo de Estado, fue una idea originariamente impulsada por el PIT/CNT, pero que en un proceso de articulación sin conductas marcadas por personalismos ni hegemonismos logro la maduración con la que finalmente es tomada por el conjunto de las organizaciones sociales para finalmente ser materializada por el Poder Ejecutivo.

Hemos aportado para cada una de los desafíos de todos estos años de lucha contra la impunidad, nuestras ideas y nuestro esfuerzo humano y material. En muchos tramos de este largo proceso, es bueno recordarlo, hemos estado muy solos, como movimiento sindical. A veces hemos levantando banderas en las que pocos creían.

Este camino, en el que ya no estamos solos, fue posible transitarlo a partir de desarrollar una intensa actividad que nos permitió ir logrando algunos herramientas. Entre ellas; una reflexión y un estudio sistemático del terreno jurídico - politico; una visión globalizadora de las violaciones a los DD.HH; y la conformación de un equipo de trabajo, que desde fuera del aporte orgánico de los sindicatos, se puso al frente de tareas muy importantes como la labor desarrollada por el Dr. Pablo Chargonia, que pulieron y le dieron forma a distintas iniciativas en ese terreno.

Nuestros aportes en esos terrenos, se fundamentaron en que desde el movimiento sindical, nunca renunciamos a la JUSTICIA. Ese principio irrenunciable sostenido durante todos estos años, no nos impidió tener en cuenta, que esta lucha contra la impunidad en sus dos niveles (verdad y Justicia), tiene sus etapas, sus tiempos históricos. La necesaria articulación de nuestra lucha con las más amplias capas de nuestra sociedad, nos obligó en su momento a poner el acento en el tema de la VERDAD, que al sentir de la gran mayoría de la sociedad uruguaya, era lo único que había dejado en pie la Ley de Caducidad. Por eso el cumplimiento real de lo que manda el Art. 4º, se transformo en la gran bandera de toda una etapa.

Pero mientras que muchos avizoraban la posibilidad de esa verdad, como producto de la pura voluntad política del gobierno de turno, el PIT/CNT creyó que los instrumentos naturales de una sociedad democrática – la Justicia -, era quien debía tutelar y respaldar ese derecho a la verdad. Por eso respaldó y auspicio el Recurso de Amparo de Tota Quinteros que demostró que era posible que el derecho a la VERDAD fuera tutelado en un tribunal de justicia.

Mientras muchos apostaban a la pura voluntad política, renunciando a una parte sustancial de la verdad, en función de una suerte de “verdad posible”; el movimiento sindical creyó que sin identificar a los responsables de las graves violaciones a los DD.HH, no estableceríamos un verdadero NUNCA MAS.

Hoy los desafíos tienen otra dimensión. Hay algunos militares y policías presos y seguramente se sumaran otros a pesar del muro de impunidad que construyo la nueva integración de la Suprema Corte de Justicia. Para ese desafió la correlación de fuerzas construida, también es otra. Hay que aunar nuevos esfuerzos y nuevas voluntades, entre las nuevas generaciones de trabajadores, a las que deberemos entregarles las banderas de Verdad y Justicia. En eso estamos y para esa tarea, debemos sumar esfuerzos desde cada uno de los gremios..



Raul Olivera Alfaro

Secretaria DD.HH y Politicas Sociales del PIT/CNT.





 

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